
Traemos al blog noticia del libro «Encantado de conocerme» del periodista y divulgador Borja Vilaseca, que fue publicado en 2008 por primera vez y posteriormente en edición de bolsillo revisada en 2012. La obra pretende ser una introducción a esa herramienta de autoconocimiento y desarrollo que es el Eneagrama.
En el primer y breve capítulo el autor explica cuales son los planteamientos y convicciones de los que parte, esbozando un ideal de vida. Eso le permite explicar el objetivo con el que ha escrito esta obra. “La finalidad de este libro es animarte a que mires hacia dentro, hacia tu realidad interna. Porque, aunque te cueste reconocerlo, tú eres el responsable de tu felicidad y de tu sufrimiento, en ti conviven la enfermedad y la cura” (página 20).
Diferencia entre Esencia y personalidad
Antes de embarcarse en la explicación de Eneagrama, Vilaseca esboza que la diferencia que existe entre esencia y personalidad, que es necesario tener presente en todos sus comentarios posteriores.
Así, la esencia o ser o yo verdadero sería “la semilla con la que nacimos y que contiene la flor que somos en potencia. La esencia es el lugar en el que residen la felicidad, la paz interior y el amor, tres cualidades de nuestra naturaleza, las cuales no tienen ninguna causa externa; tan solo la conexión profunda con lo que verdaderamente somos. En la esencia también se encuentra nuestra vocación, nuestro talento y, en definitiva, el inmenso potencial de una vida útil, creativa y con sentido” (página 24).
Lo propio y característico de la esencia es:
-Sentirse completo, lleno y pleno de uno mismo.
-Estar relajado, tranquilo, sereno.
-Sentir que todo está bien y no nos falta nada, independientemente de cuales sean las circunstancias externas.
-Vivir consciente dándose cuenta de los propios automatismos.
-Relacionarse con los demás de manera pacífica, constructiva y armoniosa.
-Interpretar la realidad de manera sabia, neutra y objetiva.
-Ofrecer lo mejor de nosotros mismos en cada interacción.
-Vivir el momento presente, el aquí y el ahora.
-Ser capaz de permanecer en silencio y escuchando las señales internas.
-Conseguir ver las enseñanzas de todo lo que sucede.
-Sentirse uno formando parte de la realidad.
-Experimentar una profunda alegría y gratitud por estar vivo.
-Aceptar el mundo tal y como es sin pretender cambiarlo.
-Confiar en nosotros mismos y en la vida.
Por su parte “el ego es nuestro intento de supervivencia emocional. También se le denomina personalidad o falso yo. No en vano, el ego es la distorsión de nuestra esencia, una identidad ilusoria que sepulta lo que somos verdaderamente” (página 27). El ego sería una mascara creada con creencias para adaptarnos al entorno y con nuestro lado oscuro.
Lo propio del ego es:
-Hacer depender nuestro estado de ánimo de hechos externos que no están bajo nuestro control.
-Sentirse avergonzado, inseguro u ofendido.
-Vivir de forma inconsciente con el piloto automático puesto.
-Pretender que la vida se adapte a nuestras necesidades, deseos y expectativas.
-Victimizarnos con los que nos ocurre y culpar a otras personas.
-No aceptar a los demás como son y tratar de cambiarlos.
-Lamentarse por algo ya pasado o preocuparse por algo que no ha sucedido, olvidándose del presente.
-Encerrarse en uno mismo para evitar el dolor o lo desagradable.
-Negar y no tener suficiente con lo que nos ofrece la vida.
-Reaccionar de manera mecánica e impulsiva.
-Actuar por recompensas o reconocimientos externos.
Definición de Eneagrama
Establecido este punto de partida, Vilaseca retoma el tema del Eneagrama. Así, si anteriormente, el autor había definido éste como un manual de instrucciones de la condición humana, ahora añade que también se puede entender como un mapa del territorio emocional que ayuda a moverse por él. Además, utiliza la metáfora de la balsa que sirve para cruzar desde la orilla de la ignorancia, la incomprensión y la confusión hasta la orilla de la sabiduría, la comprensión y el discernimiento.
Eneagrama significa en griego nueve líneas y en él se describen nueve tipos de personalidad, cada uno de los cuales tendría su propio modelo mental. “Es decir, el esqueleto psicológico desde el que se originan los pensamientos y donde se instalan las creencias, los valores, las prioridades y las aspiraciones que constituyen nuestra personalidad” (página 37). Esta marcaría una tendencia de pensamiento y comportamiento, y funcionaría como una lente que filtra la realidad objetiva de manera completamente subjetiva. Esta lente explicaría porque personas que han crecido en el mismo ambiente y con la misma educación pueden tener personalidades tan diferentes. Por otra parte, conocer el modelo mental que uno tiene resulta imprescindible para ser feliz, vivir en paz y amar. Y este conocimiento es el que puede aportar el trabajo interior realizado con la herramienta del Eneagrama.
No obstante, hay que tener en cuenta que cada uno de los eneatipos puede ser vivido desde el ego o desde la esencia, lo cual supone una gran diferencia. Y esta elección dependerá sobre todo del:
-nivel de conciencia,
-grado de comprensión,
-estado de ánimo.
También se aclara en este libro que, en este sistema, la forma de ser de cada uno no sólo dependerá del eneatipo principal, sino que además está relacionada con dos más: uno al que se produce un movimiento de centramiento y otro hacia el que la dinámica es de descentramiento o desintegración. El descentramiento ocurre cuando nos identificamos en exceso con el ego. Algunos indicadores de que se está produciendo este empeoramiento son la aparición de pensamientos negativos y desagradables y sentimientos de vacío, inseguridad y de estar incomodos con uno mismo y con los demás. Se trata de un movimiento inconsciente y automático. Por su parte, el centramiento consiste en adquirir comportamientos y actitudes esenciales de otro eneatipo concreto, lo que supone escapar de la trampa del ego e iniciar un proceso de desarrollo personal. En este caso el movimiento sería consciente y voluntario.
Además, el Eneagrama también tiene en cuenta los eneatipos situados a ambos lados del principal y que pueden influirlo. Estos, en algunas explicaciones de este sistema, se denominan alas. Hay personas que tienen dos alas, otras una y otras ninguna.
Para terminar, se indica que el eneatipo que nos representa no es lo que somos, sino que tan solo marca una tendencia de comportamiento. Desde esta perspectiva, se trataría de un mecanismo que sirve de orientación y referencia como en la metáfora del mapa que antes se ha mencionado. También se puede entender como una herramienta que permite conocer los mecanismos psíquicos que nos mantienen atados al ego.
Clasificación de los eneatipos
A continuación Borja Vilaseca explica que los nueve tipos psicológicos se dividen en tres tríadas:
-sentimiento (compuesta por el 2, 3 y 4).
-pensamiento (5, 6 y 7).
-instinto (8, 9 y 1).
Esta clasificación no significa que sus integrantes sean más sentimentales, mentales o instintivos. Lo que indica es el componente que está más tiranizado por el ego y también el lugar del cuerpo donde surge la primera reacción automática de nuestro ego (corazón, cabeza o vientre) y, asimismo, el centro vital dominante donde se concentran nuestros problemas y conflictos emocionales.
En el resto del libro el autor expone de forma sintética las características de cada uno de los eneatipos diferenciando si la persona se encuentra instalada en el ego o en la esencia. Esta información convierte esta obra en una útil introducción al Eneagrama, entendido como una poderosa herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal. Ese es también el motivo por el que recomendamos no sólo «Encantado de conocerme», sino también los cursos que imparte su autor a todos los lectores de este blog.
Este artículo fue originalmente publicado por Luis Gállego en marzo de 2019 y ha sido revisado y actualizado para su republicación.