Un tópico bastante extendido sobre la dieta vegetariana, pero que afortunadamente va perdiendo fuerza, es que no es apropiada para los deportistas. Quizás esto se base en la idea simplona y falsa pero muy arraigada que asocia la carne y los lácteos con la fuerza. Tesis que ha sido desmentida por los numerosos estudios científicos que se han realizado desde principios del siglo pasado como se puede comprobar en el artículo “El poder de la dieta vegetariana en el deporte” publicado por Toni Solá.

Estos demuestran que no existen diferencias en el rendimiento, las marcas o la resistencia entre atletas omnívoros y lo que siguen una dieta vegetariana o vegana. Entre ellos quizás se podría destacar el que se hizo en 1989 valorando el rendimiento de atletas vegetarianos y que que no lo eran y que participaban en una competición de 20 días y 1000 kilómetros. El resultado fue que no se encontró diferencias entre los tiempos alcanzados por ambos grupos ni tampoco en la tasa de abandonos.

Además, la Asociación Americana de Dietética (ADA) en 2009 declaró que la dieta vegetariana era apropiada para los deportistas.

Proteínas

Quizás el principal prejuicio que existe acerca de este tema es que en la dieta del deportista vegetariano puede producirse una carencia de proteínas. Esto se basa en que no todas las proteínas vegetales tienen un perfil aminoácido completo y, por tanto, no se consideran de calidad o completa. Sin embargo, productos como la soja, la quinoa o el amaranto contienen todos los aminoácidos esenciales. Y, con el resto de las proteínas vegetales, se puede conseguir que sean de alto valor biológico si se combinan adecuadamente. Para lograrlo es fundamental mezclar la ingesta de legumbres con la de cereales o cualquiera de estos dos con los frutos secos.

Hierro

Otro mito es que las personas vegetarianas están abocadas a sufrir un déficit de hierro. La base de este planteamiento es que el hierro de origen vegetal se asimila menos (3-8%) que el animal (15-35%). Pero las carencias de este micronutriente se pueden evitar tomando productos vegetales que tengan un alto contenido en hierro tales como los frutos secos, las frutas desecadas y las legumbres. Además, mejorara su absorción si se toman con alimentos que contenga vitamina C (cítricos, pimientos, kiwis, fresas, etc.). Asimismo convendría prescindir o reducir los inhibidores de su absorción como tabaco, alcohol, café y té).

Calorías

Otra creencia errónea respecto al vegetarianismo es que puede provocar una deficiencia de calorías. Es evidente que un deportista necesita una mayor ingesta de éstas e, incluso, en algunas etapas necesitara tomar dietas hipocalóricas para mantener la intensidad y duración de sus entrenamientos. Sin embargo, esto se puede conseguir con una dieta vegetariana como explica Naira Fernández Fernández en su artículo “Dieta vegetariana y deporte: ¿Incompatibles?”.

A continuación, al igual hicimos al escribir sobre los filósofos vegetarianos, nos gustaría mencionar un par de casos de deportistas de élite que siguieron este tipo de dieta.

Carl Lewis

El primero de ellos es el velocista y saltador Carl Lewis. Se trata de unos de los atletas con palmarés más impresionante de la historia. En su haber cuenta con 20 medallas (17 de ellas de oro). Además, logró hitos históricos como conseguir cuatro oros en una misma Olimpiada, la de Los Angeles de 1994; hazaña solo alcanzada por cuatro deportistas en toda la historia olímpica. Pero más allá de estos éxitos, Carl Lewis fue capaz de superar los límites de la disciplina que practicaba y se convirtió en un icono mundial del deporte a la altura de Muhammad Alí o Pelé.

Lewis decidió cambiar su dieta a mitad de su carrera en 1990. Así en mayo de ese año se dio cuenta de las limitaciones de su forma de alimentación y en julio se pasó a la dieta vegana. Como nadie nace aprendido, ocho meses después se sintió algo apático. Tras consultar con expertos, el atleta aumentó el número de calorías ingeridas lo que mejoró su estado de ánimo. Pero es que, además, también se produjo una mejora en su rendimiento hasta el punto que el propio Carl Lewis aseguró que su primer año de vegetariano fue el mejor de su carrera deportiva.

Posteriormente escribió el prólogo de “Very vegetarian”, el libro escrito por la chef Jannequin Bennet. En él defiende esta alimentación y afirma: “sé que muchas personas piensan que una dieta vegetariana, y especialmente una dieta vegana, requiere sacrificio y negación. Sin embargo, comer vegano no tiene que ser insípido y aburrido”.

Scott Jurek

El siguiente caso de deportista vegetariano que traemos a este post es Scott Jurek. Nos referimos al campeón norteamericano de ultramaratones, que muchos consideran el mejor corredor de la historia de este tipo de distancias, que oscilan entre 80 y 245 kilómetros. Se trata de un personaje legendario que, desde que corrió su primer ultra en 1994 con 21 años ha sido capaz de ganar las pruebas más duras. Así, en su palmarés están las 7 victorias consecutivas en la Western State 100 con sus 160 kilómetros, la Badwater de 217, la Hardrock también de 160 o haber ganado en tres ocasiones el Spartahlon de Grecia cuyo trayecto recorre nada menos que 225 kilómetros.

Tenemos mucha simpatía por este deportista y hemos hablado de su autobiografía en este blog. Pero la razón de su elección no es esa, sino porque nos parece que ser vegetariano practicando un deporte tan exigente demuestra que también se puede elegir este tipo de alimentación en cualquier otra práctica deportiva.

Jurek cuenta que se inició en el vegetarianismo gracia al consejo y la influencia de la que luego se convertiría en su esposa y a la lectura de los libros de Andrew Weil. Al respecto menciona la divertida anécdota de que conoció a la persona que le iba introducir en el vegetarianismo en una cola del Mac Donald.

Su cambio alimentario fue lento y progresivo por la preocupación de que pudiera perjudicarle en su rendimiento deportivo hasta que descubrió que, por el contrario, lo mejoraba. También influyó el que tuviera que vencer los prejuicios que tenía por haber crecido en una cultura del Medio Oeste de pescadores y cazadores. En la decisión de seguir este tipo de vida el ultramaratoniano también se guio por criterios éticos de respeto al medioambiente.

En cuanto a los beneficios sobre su salud y rendimiento el propio Scott los relata en su autobiografía “Correr, comer, vivir”. “Estaba comiendo más, perdiendo peso y ganando masa muscular, y todo ello siguiendo una alimentación vegana. El tiempo de recuperación que necesitaba entre entrenamientos y carreras se hacía cada vez menor. Ni siquiera me sentía cansado el día después de una carrera de 80 km. Cada día despertaba con más energía. La fruta me sabía más dulce y las verduras, más crujientes y sabrosas. Por las mañanas hacía carreras cortas, trabajaba de 8 a 10 horas diarias y por la tarde corría entre 16 y 32 km. Sentía como si mi concentración fuera mejorando día a día” (página 156).

Los dos atletas que acabamos de comentar forman parte de un largo listado de deportistas de élite vegetarianos como:

-y hasta el nadador de los años 20, Johnny Weissmüller, con 5 medallas de oro en su palmarés y famoso por haber interpretado a Tarzán en 12 películas entre los años 30 y 40.

Johnny Weissmüller

Esperamos que lo contado en este post haya aclarado que una alimentación vegetariana es perfectamente válida para mantener y potenciar el rendimiento, la recuperación y la resistencia tanto en el caso de los atletas de élite como en el de los populares. Aunque, como siempre hemos defendido en estos artículos, debe ser equilibrada y bien planificada; al igual que sucede con la de los omnívoros.

                                Luis Gállego

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies