En este artículo vamos a abordar el tema de la melatonina, una hormona que cumple un importante papel en la regulación de las funciones corporales y el mantenimiento de la salud, como veremos a continuación.

La melatonina o n-acetil-5-metoxitritamina es una hormona segregada por la glándula pineal o epífisis, que se encuentra situada en el tronco encefálico en la base del cerebro, por detrás y encima de la glándula pituitaria. Mide aproximadamente 6 milímetros, el tamaño de un guisante, pesa entre 100 y 200 miligramos, su color es blanco y tiene forma de piña o bellota de conífera.

Durante mucho tiempo la moderna ciencia médica consideró que se trataba de un órgano residual sin función práctica alguna, como sucedía con las amígdalas o el apéndice. Sin embargo, en 1958 se descubrió que producía la melatonina; sustancia que en 1963 se reconoció como hormona. Posteriormente se supo que también producía la hormona serotonina y diversos péptidos. Sustancias todas ellas que son segregadas en pequeñas cantidades por el organismo, en el caso de la melatonina es de unos 2,8 miligramos por día, pero que desempeñan importantes funciones.

La función más conocida de la melatonina es su capacidad para inducir el sueño, pero su importancia resulta mucho mayor porque ayuda a regular los ritmos biológicos que rigen el cuerpo humano y que son una clave importante de la salud. Estos son fluctuaciones hormonales diarias y estacionales que regulan los ciclos vitales naturales en los animales y cuya perdida es causa de desequilibrio y desordenes en el organismo. 

Entre ellos destaca el ritmo circadiano (del latín circa diem, que significa alrededor del día), un reloj biológico interno de 24–25 horas que marca los períodos de actividad y descanso del ser humano. Dentro de él se producen los ciclos de vigilia-sueño, temperatura corporal, patrones de alimentación, producción de hormonas, estado de alerta, etc. Por lo que, desde esta perspectiva, se podría considerar la melatonina como un cronobiótico capaz de modificar el momento en que se presenta una actividad biológica, lo que le convertiría en un elemento útil para el tratamiento de alteraciones de los ciclos vitales. 



El otro gran cometido de la pineal es funcionar como glándula maestra que regula el funcionamiento y la producción o inhibición de hormonas por otras glándulas. Esto afecta al timo, la pituitaria, el tiroides y las suprarrenales, influyendo a funciones tan importantes y que afectan a todas las células del cuerpo, como la inmunitaria, el metabolismo, la respuesta frente al estrés, etc. Debido a ello hay autores que se refieren a la glándula pineal como la reguladora de los reguladores y le confieren un papel central en el mantenimiento de la salud y el equilibrio corporal.

Melatonina y luz
La cantidad segregada de melatonina está relacionada con la presencia o ausencia de luz. En ese sentido, la oscuridad que se origina cuando se oculta el sol estimula la producción hasta el punto de llegar a decuplicarla. En cambio, la luz intensa asociada al amanecer provoca una inhibición de ésta y, al mismo tiempo, multiplica la producción de la serotonina. El mecanismo, por tanto, consistiría en la transformación de un estímulo neural proveniente de la retina originado por la oscuridad ambiental en una respuesta endocrina consistente en la secreción de la hormona al torrente sanguíneo. Así, está calculado que la máxima producción se produce en torno a las dos de la mañana y, a partir de ese momento, empieza a disminuir. Aunque a medida que se envejece este momento se va retrasando y, además, determinadas enfermedades pueden alterar este patrón de actividad.

Por el contrario, la exposición a la luz inhibe la síntesis de melatonina en menos de 30 minutos. Para ello es necesario una intensidad lumínica de 2.500 lux (un lux es el equivalente a la luz emitida por una vela). En cambio, la luz artificial de las casas es mucho más baja, con lo que una exposición excesiva a ella puede provocar que la producción se corte solo de manera parcial y se produzcan desfases en los ritmos circadianos. De ahí la importancia de despertarse y empezar el día con luz natural no artificial. Y es que, entre los estímulos contraproducentes para la melatonina, destaca la luz brillante. Por eso resulta importante reducir el umbral lumínico a medida que se acerca el momento de dormir. Esto incluiría evitar la exposición a luces azules y brillantes como las emitidas por las pantallas de televisores, tablets, móviles y dispositivos similares, como defiende, entre muchos otros, Nick Littlehales en su obra “Dormir”, que ha sido comentada anteriormente en este blog. También hay que procurar usar luces rojas de baja intensidad en los momentos previos al sueño.

Igualmente es perjudicial para la secreción de melatonina la presencia de campos electromagnéticos producidos por teléfonos móviles y redes wifis. Estos, no sólo empeorarán la calidad del sueño, sino que también influirán en el estado de alerta y el humor que se tendrá al día siguiente.

Melatonina y sueño
 

A continuación, nos gustaría referirnos a la demostrada capacidad de la melatonina para inducir el sueño de las personas. Esto fue descubierto en 1982 por Richard Wurtman, pionero en la investigación de esta sustancia, que comprobó que la ingestión de melatonina por vía oral en pequeñas dosis podía ayudar a personas que sufrían problemas de insomnio. Posteriormente se hicieron estudios que confirmaban esta hipótesis entre los que se puede citar un estudio realizado en Israel para prevenir este trastorno en ancianos. “Realizado en la Facultad de Medicina Tecnion de Haifa, el estudio descubrió que los hombres y mujeres, de edades comprendidas entre 68 y 80 años, que tomaron melatonina, tuvieron menos problemas para conciliar el sueño y durmieron más tiempo sin despertar. El tiempo necesario para quedarse dormidos se redujo en más de la mitad, de 40 minutos a 15. Además estas personas dijeron que habían tenido un sueño más renovador”[i].

La melatonina, a su vez, tiene la ventaja añadida que no tiene los efectos secundarios negativos que producen los fármacos usados para tratar el insomnio como tranquilizantes, antidepresivos o somníferos. En efecto, su ingesta no afecta a la memoria, ni al tiempo de reacción, ni al estado de alerta el día siguiente, ni tampoco crea dependencia.

En primer lugar la melatonina acorta la latencia del sueño o tiempo que transcurre desde que la persona está dispuesta a dormir y la aparición del primer sueño. Además, parece que también favorece un sueño más reparador y rejuvenecedor en el que el organismo se recupera de una manera más eficiente del gasto energético y la deuda biológica provocados por las actividades del día. Para conseguir esta inducción al sueño sería suficiente con tomar un suplemento de entre 1 y 5 milígramos una hora u hora media antes de acostarse.

Además, sus efectos beneficiosos también han sido comprobados en otros trastornos del sueño como el síndrome de la fase demorada del sueño, el trastorno afectivo estacional, la falta de sueño en los niños y el jet lag.
Melatonina y jet lag
El desfase horario es un síndrome que se produce cuando en un viaje aéreo trasatlántico se atraviesan varios husos horarios en un período corto de tiempo. De tal manera que se vuela más rápido de lo que tarda el cuerpo en adaptarse al cambio de hora. Las consecuencias suelen ser insomnio en periodos que deberían ser de sueño, fatiga, dolor de cabeza, desorientación, disminución de la coordinación motora y las habilidades cognitivas; las cuales pueden estropear un viaje de negocios o unas vacaciones. Para solucionarlos los estudios realizados por la doctora británica Josephine Arendt con voluntarios de las tripulaciones de aviones transcontinentales proponen que “en viajes hacia el este se ha sugerido un pretratamiento de uno a tres días con melatonina administrada durante las tardes previas al viaje, seguido de un tratamiento de cuatro días después del vuelo administrando melatonina por las noches (10:00 p.m.). Cuando el trayecto se realiza hacia el oeste se ha sugerido que es suficiente con que la melatonina se administre tan sólo después del viaje en avión[ii].
Melatonina y trastorno afectivo estacional


En cuanto al trastorno afectivo estacional es una forma de trastorno del ánimo, reconocido oficialmente a principios de los años ochenta, provocado por el cambio de estación y, más concretamente, por los días más cortos del otoño e invierno. Se ha calculado que afecta alrededor del 1% de la población y es tres veces más frecuente en las mujeres que en los hombres. Se caracteriza por una sensación de letargo, ansiedad, irritabilidad y aumento del deseo de ingerir hidratos de carbono. Las investigaciones realizadas demuestran que los pacientes que lo sufren mantienen elevados los niveles de melatonina un par de horas más de lo normal; por lo que existe la opción de tratarla mediante la regulación de los niveles en sangre de esta hormona.

Melatonina y envejecimiento

A continuación se aborda la relación de la melatonina con la vejez, partiendo de la base de que parece tener propiedades regenerativas durante la noche que pueden detener o suavizar los efectos del envejecimiento. Desde este punto de vista se plantea la hipótesis de que la progresiva calcificación de la glándula pineal que se produce con la edad y el consiguiente descenso de la producción de la melatonina puede estar relacionado con el inicio y desarrollo del envejecimiento. En efecto, alrededor de los ocho años se alcanzan la producción máxima de melatonina. Posteriormente, la primera disminución brusca de la hormona desencadena la pubertad, lo cual marca el inicio de la capacidad reproductora. A los 45 años se segrega la mitad de cantidad que en la niñez. Otro descenso durante la edad madura, activa la menopausia en las mujeres, el fin de su facultad reproductora, y el climaterio en los hombres. A los 60, la glándula pineal está produciendo una cantidad de melatonina equivalente a la mitad de lo que producía a los 20. Y en la ancianidad la producción es mínima.

Además esta capacidad antienvejecimiento también puede estar relacionada con que la melatonina provoca la estimulación o inhibición del segregado de otras hormonas, como se comentó al principio del artículo. Sin embargo, a medida que disminuye su producción con la edad, el funcionamiento del resto de las hormonas se comienza a resentir llegando a ser defectuoso o insuficiente para cumplir correctamente sus funciones, lo que provoca la aparición de los trastornos asociados a la vejez. 

Para entenderlo mejor se pone como ejemplo el funcionamiento del estrés, que es generado por los corticoesteroides producidos por las glándulas suprarrenales y cuya producción es minimizada por la melatonina. Pero, como la producción de ésta es menor a medida que se envejece, los niveles de corticoesteroides en las personas mayores permanecen más elevados durante más tiempo, lo que aumenta los efectos dañinos del estrés en edades avanzadas.

Sin embargo, posiblemente la hormona más afectada desde el punto de la vejez sea la del crecimiento. Así, en un estudio de 1993 de B. R. Grad y R. Rozencwaig se indica que “las acciones de la melatonina contra el envejecimiento se llevan a cabo, en parte, a través de la inhibición de la secreción de la hormona de crecimiento, prolactina, hormona luteinizante y hormona foliculostimulante que normalmente segrega el organismo durante la fase activa de su existencia y que sirven para mantener a los animales en su pugna por la supervivencia y la reproducción», pero que conllevan un desgaste que se acaba convirtiendo en los síntomas de la senectud.

Sin embargo, posiblemente la hormona más afectada desde el punto de la vejez sea la del crecimiento. Así, en un estudio de 1993 de B. R. Grad y R. Rozencwaig se indica que “las acciones de la melatonina contra el envejecimiento se llevan a cabo, en parte, a través de la inhibición de la secreción de la hormona de crecimiento, prolactina, hormona luteinizante y hormona foliculostimulante que normalmente segrega el organismo durante la fase activa de su existencia y que sirven para mantener a los animales en su pugna por la supervivencia y la reproducción”iii pero que conllevan un desgaste que se acaba convirtiendo en los síntomas de la senectud.
Además, las propiedades antioxidantes de la hormona, que se explicarán a continuación, también contribuyen a frenar el envejecimiento.

Todos estos indicios han llevado a los doctores Pierpaoli y Regelson, especializados en el tema, a afirmar que la hormona melatonina podría ser la llave que permita detener e, incluso, revertir el proceso de envejecimiento tal y como lo concebimos en la actualidad. Para argumentar esta afirmación parten de la tesis de que el organismo posee un “reloj de envejecimiento” situado en el cerebro, la glándula pineal, que utiliza la melatonina como mensajera química para informar al cuerpo cuando envejecer. A ese respecto en experimentos realizados con ratones, tanto de administración de la hormona como de trasplantes de la glándula pineal, se consiguió que desaparecieran las señales de envejecimiento. Par explicar esta concepción los autores emplean la metáfora de una orquesta de música en la que la pineal sería el director de la misma que cuando falla provoca la mala ejecución de todos los músicos y el fracaso del concierto (que equivaldría a la vejez).

Por tanto, la suplementación con melatonina podría tener un efecto antienvejecimiento. El principio de este tratamiento sería similar al de la terapia hormonal sustitutiva que se emplea con mujeres con menopausia para que recuperen los niveles de estrógeno juveniles. No obstante, los autores aclaran que la toma de melatonina no puede considerarse en ningún caso una panacea ni un remedio milagroso de efectos inmediatos.
Melatonina y radicales libres
Otro gran beneficio que aporta la melatonina al organismo humano es su alto poder antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres. Estos son moléculas de oxígeno altamente inestables porque tienen un electrón impar que reacciona con otras moléculas del cuerpo como el ADN, las proteínas y los lípidos. Esta reacción causa un daño en células, tejidos y órganos llamado estrés oxidativo, que se considera responsable, entre otros procesos, de enfermedades degenerativas, autoinmunes y del envejecimiento.

La melatonina ayuda a combatir estos efectos debido a que posee dos electrones desparejados que pueden capturar y neutralizar a dos radicales libres. Además, la melatonina tiene otro efecto indirecto al contribuir a incrementar la producción y su actividad durante la noche de enzimas antioxidantes como la glutatión peroxidasa, la glutatión reductasa, etc.
Melatonina y cáncer
También existen algunos estudios que defienden el carácter beneficioso de la sustancia que mencionamos en la prevención y tratamiento del cáncer. Estas propiedades fueron identificadas por primera vez en la temprana fecha de 1969 cuando el oncólogo australiano Cecie Starr la usó con éxito en el tratamiento de sarcomas, pero no pudo continuar con esta línea de investigación porque falleció al año siguiente.

En la actualidad hay estudios que relacionan la regulación de determinadas hormonas con la prevención de canceres hormodependientes. Así se ha detectado que los enfermos de cáncer de mamá suelen tener niveles de estrógenos en la sangre más elevados de lo normal; algo parecido sucede a los que padecen cáncer de próstata con la testosterona. Dado que la melatonina mantiene el equilibrio de los niveles de estas hormonas, podría utilizarse para evitar que se alcanzaran límites peligrosos. Además, en el caso de del de mama, que es el que más se ha investigado este posible remedio, se ha comprobado que la melatonina inhibe la capacidad de los receptores estrogénicos paralizando el crecimiento de los tumores.

Asimismo está confirmada la buena y eficaz combinación de esta sustancia con medicamentos antitumorales no tanto porque los potencie, sino porque minimiza sus desagradables efectos secundarios.
Melatonina y suplementación
Antes de terminar el post nos gustaría aludir a la manera en que se debe tomar la melatonina como suplemento. Está se sintetiza de forma fácil y barata porque se hace a partir de un elemento tan asequible como el triptófano y, al ser una sustancia que se produce de forma natural, no puede ser patentada. No obstante, en España no se puede adquirir cantidades superiores a los dos gramos sin receta.

Una dosis razonable para un individuo que no la necesite como remedio para una dolencia específica sería la misma que produce el cuerpo de manera natural, unos tres miligramos al día. No obstante, en algunos casos se ha llegado a prescribir hasta nueve veces esa cantidad sin que se haya producido toxicidad ni reacciones adversas salvo la consecuencia lógica de un ligero aumento de la fatiga y la somnolencia durante el día. En cualquier caso, las consecuencias a largo plazo de la ingesta de esta hormona no han sido suficientemente estudiadas, por lo que es conveniente ser prudentes al usarla. Además, está contraindicada en mujeres embarazadas o en período de lactancia porque la madre transfiere ese suplemento al feto o al bebé. Tampoco es aconsejable en los pacientes que padecen una afección renal y los que siguen tratamientos con corticoides.

El objetivo de la toma, por tanto, debería ser mantener los niveles hormonales lo más cerca posible de los que se tienen de manera natural durante la juventud y que con la edad se van perdiendo por el descenso de la producción de la melatonina. Por tanto, en principio, no sería necesaria la suplementación antes de los 35 años. Luego “sólo es necesario tomar una pequeña dosis entre los 40 y los 50, una dosis ligeramente mayor entre los 50 y los 60, y así ir elevando un poco más la dosis a medida que envejecemos”[iii].

Respecto al momento ideal para tomar la melatonina se aclara que ésta alcanza sus niveles máximos en sangre una hora después de haber sido ingerida. Por tanto lo conveniente sería tomarla entre media hora y una hora y media antes de acostarse. También debe tomarse siempre a la misma hora para no alterar el reloj biológico. Además es importante como indica el Dr. Darío Acuña, profesor de la Universidad de Granada y director del Instituto Internacional de la melatonina, que se tome a la hora adecuada para no forzar dos picos de melatonina, en vez de uno único cada 24 horas, lo que alteraría los ritmos naturales[iv].
Melatonina y dieta

También resulta posible aumentar la melatonina disponible en el organismo mediante su ingestión en la dieta, aunque de manera menos rápida y efectiva. Así, esta sustancia se encuentra presente en frutas como las manzanas, las granadas, los plátanos y, sobre todo, las cerezas de las variedades ácidas Montmorency y Balaton (hasta 1,3 milígramos por cada 100 gramos). También se encuentra presente en raíces como las zanahorias, los nabos y, especialmente, el jengibre. También la encontramos en cereales siendo el más rico en esta sustancia, el maíz. A este listado habría que añadir las nueces que contienen 90 mcg por cada 30 gramos. También el vino contiene dosis elevadas de melatonina, pero no lo recomendamos en este blog por el contenido alcohólico que le acompaña.

                          Luis Gállego

Para Marta M. por haberme puesto sobre esta pista tan prometedora y estimulante.
Libros
-“La melatonina”- Hasnain Walji- Ed. Plaza&Janes
-“El milagro de la melatonina”- Dr. Walter Pierpaoli y Dr. William Regelson- Ed. Urano
-“Melatonina: un destello de vida en la oscuridad”- Gloria Benítez-King- Ed. Fondo de Cultura Económica                  
Artículos
-“Glándula pineal. Un ojo con luz propia”- Artículo de Rodolfo Román aparecido en Cuerpomente nº 50, Junio 1996, páginas 24 a 27
-“Melatonina: La hormona del sueño”- Artículo de Dra. Carme Valls aparecido en Cuerpomente nº 305, Septiembre 2017, pags 64 a 65
-“Así funciona tu reloj biológico”-Artículo de Manuel Núñez aparecido en Cuerpomente nº 319, Noviembre 2018, páginas 68 a 71
-“Melatonina. Desactiva la cronodisrupción”- Artículo de Ana Montes aparecido en Cuerpomente nº 319, Noviembre 2018, páginas 72 a 75


[i] “El milagro de la melatonina”Dr. Walter Pierpaoli y Dr. William Regelson- Ed. Urano- página 243
[ii] “Melatonina: un destello de vida en la oscuridad” – Gloria Benítez-King- Fondo de Cultura Económica- página 55

iii“La melatonina”- Hasnain Walji- Ed. Plaza Janes- páginas 86-87

iv “El milagro de la melatonina”- Dr. Walter Pierpaoli y Dr. William Regelson- Ed. Urano- página 263
v Citado por Ana Montes en su artículo “Melatonina. Desactiva la cronodisprución” aparecida en la revista Cuerpomente, nº 319, Noviembre 2018, pag 74

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