Traemos al blog la recomendación del libro “Tú también puedes ser runner” publicado en 2017 por la periodista Begoña Beristain cuando iba a cumplir 50 años. La autora es periodista radiofónica desde hace 30 años y actualmente trabaja en Onda Vasca. En ella dirige un programa sobre correr, lo que le permite escribir desde si experiencia y desde la de los que han compartido su testimonio.  

En cualquier caso la base del libro es su experiencia en el running desde que empezó a correr a la edad de 45 con el modesto propósito de encontrar un espacio de respiro de las obligaciones diarias y los cuidados a los que la rodeaban. Como tantas veces sucede, ella comenzó por curiosidad dando unas vueltas a un polideportivo. Pero enseguida quedó prendada por esta práctica deportiva. Ella, en un primer momento, le aportó, según sus propias palabras, “el placer de las disciplinas solitarias, de concentrarte, de meterte en tu mundo y que ese momento sea tu momento, sin móvil, ni contacto humano. Tú, tu cuerpo y tu mente” (página 22).  

A continuación proporciona una serie de consejos a las mujeres que comienzan a correr en edades parecidas a la que ella lo hizo. Así, comienza recomendando que, antes de empezar, se sometan a un reconocimiento médico para saber si su estado de salud les permite la práctica. Tras eso recomienda también que se adquiera una equipación adecuada. Y, a continuación, se indica que una buena forma de empezar es alternando el caminar con el correr. El siguiente paso para seguir progresando, es no descuidar el entrenamiento de fuerza, estirar después de cada entrenamiento y cuidar el descanso y la alimentación. Para terminar Beristain apuesta porque la práctica del correr sea una ocasión y un motivo para disfrutar.  

En este punto la autora describe las primeras carreras populares en las que participó y lo hace evitando la épica y la idealización. Así, por ejemplo, comenta la “novatada” que cometió al elegir para su primera carrera un recorrido de una milla; distancia ideal para corredoras más jóvenes y rápidas que ella y como llegó la última cuadriplicando en algunos casos el tiempo del resto. O como en otra ocasión se lesionó por exceso de entrenamiento cuando preparaba su primera media maratón. Pero la autora fue capaz de superar estas adversidades y terminar con un tiempo muy aceptable su primer maratón en 2014 cuando tenía 46 años.  

A continuación se aborda un tema que no es habitual en los libros de running, que es la presencia de éste en las redes sociales. Así se explica lo fácil que resulta contactar y quedar a través de éstas con grupos de personas que salen juntas a practicar este deporte. Las redes también favorecen las iniciativas solidarias que surgen en ellas. Con especial detalle se comenta la iniciativa #mujeresquecorren y los dos libros que ha escrito sobre ello una de sus fundadoras, Cristina Mitre. También se explican otras iniciativas que hay en la red como el movimiento Corriendo desde zero o La Salve Street Run.  

Y, después de hacer ese panegírico de correr como actividad social, la autora también hace referencia a la belleza e importancia de correr solos. “Correr en soledad te aporta un conocimiento sobre ti misma que ni imaginas. Pasas muchas horas contigo, corriendo, concentrada, sin hacer otra cosa que poner un pie delante de otro sucesivamente. La cabeza es imparable y hoy, que vivimos con cientos de mensajes que enviar y recibir, que tenemos que organizar nuestro trabajo y compatibilizarlo con la familia, tener ese rato para olvidarnos de todo eso y concentrarnos en nuestra vida es un auténtico lujo. Es como hacer terapia, pero gratis” (página 49).  

En el siguiente capítulo se aborda el importante tema de la elección de las zapatillas deportivas para ser runner. Lo primero que se indica es que su adquisición debe ser considerada una inversión de la que se va a obtener una importante ganancia: la de evitar molestias, dolores y, sobre todo, lesiones. También se recomienda utilizar para correr un número superior de calzado al que se lleva habitualmente porque el pie tiende a hincharse cuando se lleva tiempo corriendo. Lo que puede acabar provocando roces y molestias. A continuación se cede la palabra a Alberto Cebollada, un atleta y probador de zapatillas que comparte su decálogo para la elección de este imprescindible complemento.  

Después Begoña aborda el tema del necesario reconocimiento médico previo al inicio de la práctica del running o de cualquier otro deporte. Comienza reconociendo que ella, como la mayoría, empezó a hacerlo sin pasar antes por ninguna prueba. Pero insiste en que es imprescindible realizarla antes de lanzarse a la práctica. Y será más necesaria cuanto más exigente sea la prueba en la que se quiere participar y mayor la edad del aspirante. También aclara que no es suficiente con una prueba médica convencional, sino que debe ser deportiva e incluir, al menos, un electrocardiograma, una ecografía del corazón y una prueba de esfuerzo. Para concretar más estos requerimientos se añade al libro un texto explicativo del médico deportivo, Pablo Aranda.  

Por otra parte se trata en estas páginas la menopausia y cómo puede afectarla el correr. Así, la autora cuenta que en su caso esa etapa se presentó justo cuando empezó a correr y describe los síntomas que experimentó. Para, a continuación, defender que el ejercicio físico ayuda a superarlos. “El ejercicio nos va a ayudar a reducir el impacto de los síntomas y las consecuencias de la menopausia. No sólo va a mejorar nuestra autoestima global y nuestro autoconcepto físico, sino que va a ayudarnos a controlar ese posible aumento de peso y la fragilidad de los huesos, la osteoporosis” (página 76).  

Luego se trata un tema tan importante como la alimentación. Para ello, y como en anteriores ocasiones, Beristain parte de su experiencia personal. Así reconoce que, cuando empezó en el running, no la daba demasiada importancia a ese tema. Incluso, en un primer momento se relajó pensando que lo que comiera en exceso ya lo quemaría corriendo. Sin embargo, a medida que aumentaba su implicación y compromiso con esta actividad, profundizó más en el tema y decidió consultar a un nutricionista.

Este le enseñó que debía hacer cinco comidas al día y que en cada una de ellas debía incluir hidratos, proteínas y algo de grasa. Para poder seguir las dietas y recomendaciones de su coach alimentario, la autora tuvo que aprender a comprar y cocinar productos nuevos de los que nunca había oído hablar antes. Alimentos como chía, roiboos, germen de trigo, pan wassa, etc. Gracias a ello no aumentó de peso, redujo su índice de masa corporal y tuvo más fuerza. Al tiempo que, a nivel psicológico, se sintió más ligera y con más energía.

Comprendió el error que había cometido hasta entonces al decidir por su cuenta y riesgo comer poco pues de esa forma no proporcionaba al cuerpo los nutrientes que necesitaba y éste reaccionaba almacenando grasa para poder funcionar. Para explicar más en detalle las claves de una dieta correcta termina el capítulo Toscana Viar Moron, una nutricionista deportiva.

En el siguiente capítulo Begoña Beristain aporta su visión sobre la estrecha relación que existe entre el deporte de correr y el compañerismo. Y es que, aunque sin duda se trata de una actividad eminentemente solitaria, también es frecuente que unos corredores ayuden a otros. Esto puede hacerse de dos maneras: -o bien corriendo como liebre para que el otro consiga alcanzar sus metas y marcas -o bien adaptándose al ritmo del otro cuando se corre en grupo.  

Pero es que, además, cada vez se organizan más iniciativas en las que se corre para recaudar fondos para una causa solidaria. En el libro se mencionan tres de ellas que la periodista conoce muy bien. La primera son las carreras que organizan asociaciones que acogen a mujeres con cáncer de mamá. Después se menciona la labor de la fundación Síndrome de Dravet, que con sus actividades deportivas da a conocer esta rara dolencia parecida a la epilepsia que afecta sobre todo a niños y adolescentes. Y, por último, se habla de Runners Babylon, que pretende conseguir la integración social de inmigrantes ilegales a través del running. A ellas se podría sumar otras miles pues durante mucho tiempo se celebraba alguna carrera solidaria en  España todos los fines de semana. Hasta que la epidemia del Covid acabó prácticamente con las carreras populares.  

Después la autora del libro hace un esfuerzo por buscar inconvenientes a la actividad de correr tratando con ello de dar una visión lo más objetiva posible de este estilo de vida. A ese respecto avisa que la pérdida de peso y grasa no siempre sucede en las partes del cuerpo que la mujer preferiría.

También advierte sobre los pensamientos boicoteadores que a veces se presentan mientras uno corre y lo difícil que puede ser lidiar contra ellos. Por último se refiere a los fracasos que a veces se producen cuando no se logran alcanzar los retos y objetivos propuestos. Y la postura que defiende frente a ellos es: “Efectivamente, fracasar es no conseguir el resultado que esperabas en algo, pero la enseñanza que te deja puede ayudarte, de hecho lo hace, te ayuda a gestionar mucho mejor tu siguiente proyecto” (página 113). Y, para que lo expuesto no se quede en mera teoría la autora, en un alarde de autenticidad y honestidad, narra su fracaso en el maratón de Paris y lo que supuso en su aprendizaje deportivo y vital.  

El libro termina con un último consejo que simplemente consiste en animar a salir a correr y disfrutar con la experiencia. Para recalcar esta propuesta se cede la voz y la palabra a la psicóloga deportiva Patricia Ramírez, que detalla las ventajas psicológicas que tiene el practicarlo.   Pero es que, además de los que ya llevamos expuestos, el libro aborda otros temas interesantes como el gasto que supone tener el correr como hobby o como compaginarlo con la vida de pareja y con los hijos. Y también incluye una galería de mujeres anónimas de toda edad y condición que Begoña ha conocido en el mundo de las carreras y a las que admira por su fuerza, su constancia, su valentía, su innovación o todas estas cualidades juntas.  

Terminamos el post recomendando encarecidamente «Tú también puedes ser runner» que ofrece una visión global del running actual.  Pero también porque lo hace transmitiendo un entusiasmo desbordante y contagioso que, sin duda, motivara al que quiera iniciarse o perseverar en esta actividad sobre todo si ha rebasado los cuarenta años de edad.                                               Luis Gállego

Este artículo fue originalmente publicado por Luis Gállego el 15 de junio de 2018 y ha sido revisado y actualizado para su republicación.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies